24 de junio de 2014

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Marisa habla de su experiencia con el programa Convive, una iniciativa basada en la convivencia entre personas mayores en situación de soledad y estudiantes universitarios.

“Para mí hasta ahora ha sido muy buena. Yo empecé hace cinco años. Mi nuera me recomendó el programa porque me quedé viuda y estaba un poco triste. Empecé con Vanessa y ahora estoy con Rosa y estoy muy contenta”, dice Marisa. Entre las cosas positivas que le ha aportado el programa destaca está el contacto con personas jóvenes.

“Tener contacto con otras personas y estar rodeada de gente joven, que no se te pegue hablar de cosas que siempre sean de gente mayor”, dice. Pero asegura que el programa también le aporta a las estudiantes.

“Parece que es difícil convivir con una persona con la que te llevas cincuenta años. Pero no. Con Rosa, que llevo cuatro años y que está estudiando medicina y yo, que llevo enferma cuarenta años con un riñón trasplantado, le he enseñado muchas cosas que ella no sabía, aunque estuviera estudiando”, dice.

Marisa compartió su casa con Vanessa durante un año y ahora vive con Rosa, estudiante de medicina que viene de Bilbao.

El 17 de junio acudió al encuentro de participantes del programa como celebración del fin de curso, celebrado en La Casa Encendida para intercambiar impresiones sobre la experiencia en el  programa. Participaron un total de veinte personas entre mayores y estudiantes, como se puede ver en las imágenes. También participaron representantes de SOLIDARIOS para el Desarrollo, de la Dirección General de Mayores y Atención Social y de las Universidades.

 

Cierre de Curso Web

 

Los participantes del programa destacaron los valores que se ponen en práctica en cada experiencia de convivencia como la solidaridad, el respeto y la ayuda mutua. Pero sobre todo sobresalió el valor del programa en la sociedad actual para promover la solidaridad intergeneracional.

Como respuesta a una sociedad que envejece y en la que se debilitan lazos, el programa Convive apuesta por una respuesta intergeneracional, comunitaria y solidaria.

Mientras progresan en sus estudios, los estudiantes comparten su vida en el domicilio de la persona mayor. Se construye poco a poco una relación de confianza, de aprendizajes compartidos y apoyo mutuo.

Carlos Miguélez Monroy
Responsable de comunicación de Solidarios para el Desarrollo

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