23 de octubre de 2014

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Esther Pérez Boza, profesora e investigadora de la Universidad Pablo de Olavide, y María del Carmen Chacón Echevarría fueron dos de las voluntarias que impulsaron la delegación de Solidarios para el Desarrollo en Sevilla.

Comienzos en Sevilla

«Empecé de casualidad un día en la Facultad que vimos un cartel de una conferencia de José Carlos García Fajardo. La conferencia nos dejó boquiabiertos y quisimos enseguida formar parte de ese proyecto», cuenta Mª Carmen.

«Al poco tiempo fuimos a un encuentro en Madrid y allí vimos todo lo que hacía Solidarios así que decidimos poner en marcha el mismo proyecto en Sevilla con la ayuda de la universidad», dice.

Solidarios-Sevilla

«El proyecto de personas sin hogar fue el primero y el que más enganchó a la gente. Me encantaban los martes por la noche, que salíamos con nuestro termo a recorrer Sevilla. Creo que es una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido en mi vida».

Esther

Esther Pérez

Quería ser voluntaria, en mi día a día quería estar al lado de aquellas personas que excluimos en la sociedad, quería tener tiempo que dedicarle a los más necesitados, quería hacer algo en mi cotidianidad para ayudar a los demás

Licenciada en derecho y diplomada en trabajo social, ejerce como profesora en la Facultad de Ciencias Sociales con asignaturas como fundamentos del trabajo social y políticas sociales aplicadas.

“Siempre me ha interesado la relación entre la sociedad civil, los derechos humanos y la política social”, dice la profesora. De hecho, su tesis doctoral se titula Los sentidos del voluntariado. El caso de las capitales andaluzas.

«Sin saberlo lo estaba buscando», dice Esther en referencia a la experiencia de voluntariado con Solidarios.

«En 1992 empecé a estudiar derecho en la Universidad de Sevilla porque quería formarme para ayudar a crear un mundo más justo, creía que tenía que hacer algo. Ese año el Profesor José Carlos García Fajardo vino a Sevilla. Mi amiga Guadalupe me invito e escucharlo…..después de ese momento sentí que el voluntariado era algo esencial y vital….yo quería ser voluntaria, en mi día a día quería estar al lado de aquellas personas que excluimos en la sociedad, quería tener tiempo que dedicarle a los más necesitados, quería hacer algo en mi cotidianidad para ayudar a los demás. Como dijo Mahatma Gandhi: Se el cambio que quieras ver en el mundo…..el cambio empieza por uno mismo«.

«Mi experiencia como voluntaria me cambio y gracias a ella hoy soy quien soy: Todos los día trato de enseñar en mis clases que es posible un mundo más justo, todos los días procuro aprender mediante la investigación que es posible una sociedad solidaria en la que todos somos responsables, todos los días intento educar a mis cuatro hijos en el respeto, el valor de compartir y la responsabilidad…..todos los días me equivoco y aprendo, pero tengo la certeza de que la coincidencia de distintas fuerzas de voluntad promueven los cambios necesarios buenos para uno mismo y los demás».

De Sevilla para el mundo

Después del voluntariado con personas sin hogar en Sevilla vinieron más proyectos para Mª Carmen: asociaciones de niños, la cárcel, Camerún, Ecuador…

Nicaragua-mesa-informativa-1997

«El tiempo en Camerún y Ecuador enriquece, espabila y madura a cualquiera. Fueron dos proyectos muy distintos pero en los que conocí a maravillosas personas que se dejan la piel en lo que hacen. En Camerún fue la cárcel de menores y dispensarios en la selva de Ewodoula y en Ecuador una asociación de niños de la calle y un “ancianato” en Quito.

Ahora hace ya tiempo que no participo en ningún proyecto de Solidarios, el trabajo y la familia lo hacen complicado. Pero quién sabe si después de este aniversario vuelve a picarme el gusanillo y vuelvo a coger el termo o el coche…».

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