Alfonso Fajardo, director de Solidarios para el Desarrollo y Enrique Marí, tesorero de la Junta Directiva, recogieron el premio por la iniciativa de la Fundación Repsol, Más Que Palabras, mediante la cual 44 proyectos de organizaciones sociales fueron seleccionados en dos convocatorias durante los meses de junio y octubre de 2014. Cada proyecto seleccionado está dotado con 6.000 euros.

Gonzalo Cisneros Rivas, coordinador de operaciones en Repsol y amigo de Solidarios, presentó el proyecto Ningún mayor en soledad en la convocatoria de octubre para que los empleados de Repsol votaran por los proyectos que consideraran de mayor impacto social.

«Ser partícipe del Programa de Mayores de Solidarios me ha supuesto un enriquecimiento como persona. No ceñirte solo a mi vida privada y a mi actividad profesional, sino apoyar a la organización en la atención y mejora de la calidad de vida de las personas mayores que viven y sufre la soledad», dijo Gonzalo.

Ningún mayor en soledad

Se trata de una iniciativa intergeneracional y solidaria basada en la convivencia y acompañamiento entre personas mayores en situación de soledad. El proyecto presentado consiste en un programa de solidaridad inter generacional que aborda dos formas de reducir la soledad en las personas mayores.

Por un lado está el programa de acompañamiento con voluntariado social, que contribuye a que personas mayores se mantengan activas y acompañadas cuando viven solas. Esto permite denunciar dificultades que tienen para hacer efectivos sus derechos. Solidarios para el Desarrollo cuenta con personas voluntarias en Madrid, Murcia, Sevilla y Granada que visitan a mayores para dar un paseo, compartir conversación o un rato de ocio. Aunque el programa refuerza las habilidades sociales de las personas mayores y las mantiene activas, con frecuencia las personas voluntarias sostienen que este encuentro les aporta incluso más a ellas que a quienes dedican unas horas.

Por otro lado está el programa Convive, dirigido a personas mayores con un alto grado de autonomía que viven solas y que buscan apoyo y compañía en su casa para sentirse más vivas. Al mismo tiempo, se dirige a universitarios que se incorporan al domicilio del mayor en una vida normal mientras progresa en sus estudios y comparte las tareas y los gastos en el domicilio de la persona mayor. Se construye poco a poco una relación de confianza, de aprendizajes compartidos y apoyo mutuo, en una convivencia que solventa problemas de soledad en los más mayores y de alojamiento en los más jóvenes, al tiempo que se construye una sociedad más pendiente de las necesidades y más integradora. Solidarios cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid. A través de sus servicios sociales acceden los mayores en el programa, que cuenta también con la colaboración de siete universidades madrileñas. Los beneficios son dobles: el mayor se asegura la compañía que la persona más joven le aporta y el estudiante tiene una vivienda sin tener que pagar por un colegio mayor o un alquiler.