27 de agosto de 2024

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Refugio:   Del lat. refugium

  1. m. Asilo, acogida o amparo.

  2. m. Lugar adecuado para refugiarse.

Estas dos acepciones del diccionario de la RAE para la palabra refugio nos sirven para introducir este resumen de lo que ha sido el Refugio climático puesto en marcha por Solidarios en su delegación de la Región de Murcia, dentro del Espacio de encuentro, participación y cultura del Programa de atención a personas sin hogar.

En verano se alcanzan temperaturas extremas que hacen más difícil aún la vida en las calles de la ciudad de Murcia. Durante unas horas Solidarios ha ofrecido un remanso, un lugar fresco, cómodo, tranquilo, amable y de calidad humana, gracias al equipo de personas voluntarias y al equipo técnico de la entidad.

Solidarios, ha sido ese lugar adecuado para refugiarse, para el encuentro con la palabra, para convivir en un ambiente diverso, intergeneracional e intercultural.

El cambio climático es una realidad y cada verano percibimos la necesidad de encontrar soluciones para favorecer el bienestar de las personas sin hogar. Es un compromiso como entidad y es un compromiso como ciudadanos y ciudadanas.

El refugio climático ha tenido sus puertas abiertas todos los lunes y martes de julio y hasta el 13 de agosto. Durante esos días, aquellas personas que lo han necesitado han podido acceder, desde las 16 hasta las 19 horas, con el objetivo de protegerse frente a las altas temperaturas de la ciudad. Y han encontrado un lugar de descanso y de compañía.

Las personas que han podido disfrutar del espacio proceden de diferentes lugares del mundo: Ghana, Guinea Ecuatorial, Guinea Bissau, Venezuela, Colombia y España.

Hemos podido comprobar la necesidad que tienen las personas sin hogar de encontrar un lugar cuando las temperaturas ponen en riesgo tanto la salud física, como mental. Muchas de estas personas que han habitado el espacio han repetido durante todas las semanas que el refugio ha estado en marcha. Hay quien volvía para aliviarse antes las altas temperaturas, para tomar un café y quien lo hacía para relacionarse con otras personas y aprovechar el espacio para divertirse y pasar un tiempo de calidad. Cada persona ha encontrado su motivo para regresar y el refugio les ha acogido.

Se han generado relaciones entre personas que son paisanas pero no se conocían o nunca se habían encontrado en España, personas que hacía años que no se cruzaban por las calles o en otros recursos. Muchas de ellas se reencontraron con algún rostro conocido, con una cara amiga que hacía tiempo que no veían, y otras aprovecharon la oportunidad para generar nuevos lazos, vínculos de amistad. Un lugar de respeto, diverso, amable y atento al bienestar de las personas, eso ha sido el refugio climático.

El gran valor de la interculturalidad ha dejado su huella y han creado un parchís multicultural que mezclaba reglas de España, Venezuela y Guinea, y otras acciones creativas conjuntas en las que aprendimos a diseñar y crear pulseras y llaveros con hilos usando distintas técnicas y materiales que, además, sirvieron como trofeos en las tardes del especial bingo intercultural.

En estas semanas ha sido fundamental la colaboración del SEMAS del Ayuntamiento de Murcia y del Banco de Alimentos del Segura, al que agradecemos la colaboración continua con Solidarios, que con sus donaciones ha hecho posible los alimentos para las meriendas de cada tarde y las botellas de agua, un bien tan necesario y en muchas ocasiones inaccesible para muchas personas. Aquí pudieron irse al final de la tarde con una botella de agua fresca. Hemos tenido tardes de horchata, de té helado (ofrecido por los voluntarios y voluntarias), de café y galletas, de limonada, etc. El refugio ha calmado la sed y ese era otro de sus objetivos primordiales.

Por último, mencionamos y agradecemos a los voluntarios y voluntarias de Solidarios que hayan apoyado cada semana este espacio, con su entrega, con su amabilidad, con sus palabras, con sus gestos amables, con su alegría. Lo han colmado de cariño y afecto, de escucha, de empatía, de juegos y de diversión, porque el refugio ha sido también un lugar divertido.

Y las palabras de José, una de las personas que han acudido cada semana al espacio, nos sirven para despedir esta iniciativa hasta el verano que viene porque seguirá siendo necesario encontrar un lugar fresco, amable y lleno de humanidad en medio de la ciudad de Murcia,  para soportar las consecuencias del cambio climático, la subida tan alta de las temperaturas: “Quizá el calor extremo al menos, sí sirva para algo… para venir, encontrarnos y reírnos un poco de la vida”

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