No se trata de donación de órganos ni de sangre, pero también salva vidas. La donación de leche materna es una alternativa para el desarrollo de recién nacidos, principalmente en casos de nacimiento prematuro, que por distintas razones no pueden recibir alimento de sus madres.

Solo en España 1.150 bebés se han beneficiado de la donación de leche en el último año. Las donantes son madres que están dando de mamar a sus hijos y, de forma altruista, deciden ceder una parte para ayudar a otros recién nacidos. Niños prematuros o con intervenciones quirúrgicas son el principal perfil beneficiario de esta práctica, pero no los únicos. A ellos se suman recién nacidos con diversas afecciones o alergias, entre otros. La leche materna supone el alimento más completo ya que contiene defensas y refuerza el sistema inmunológico del niño, protegiéndolo de algunas enfermedades e infecciones.

El destino de las donaciones son los Bancos de Leche, instituciones sanitarias, dentro de un hospital o ajenas a él, que se encargan de recoger, analizar y almacenar la leche materna. Además llevan a cabo labores de investigación, educación e información con el fin de fomentar esta práctica. El primer Banco de Leche se abrió hace un siglo en Viena, en la actualidad Europa cuenta con más de doscientos. Mayor es el número en Latinoamérica, con 300 organizaciones de este tipo, de las cuales 200 están ubicadas en Brasil. En el caso de España, que cuenta con siete sedes, solo durante el año 2013 se beneficiaron 1.150 bebés de los casi 4.000 litros recogidos.

El procedimiento para convertirse en donante de leche es sencillo. Una vez informada, basta con completar un formulario en el que la mujer ha de confirmar que da de mamar a su hijo y que lleva una vida saludable y no es portadora de ninguna enfermedad infecciosa o crónica. Una vez corroborada esta información con los análisis pertinentes, si está hospitalizada se le extraerá en el complejo hospitalario. En caso contrario, se le facilitará un sacaleches y varios botes para su extracción casera. Los recipientes donde se almacenará la leche se mantendrán en la nevera durante un día y, una vez que están llenos, se meterán en el congelador hasta tener varios para entregar al Banco de Leche. El producto se analiza entonces para confirmar su validez descartando virus y bacterias y se pasteuriza. El último paso es el almacenamiento en el que se colocará una etiqueta con la fecha y la edad del hijo de la donante para decidir cuál es la adecuada según la necesidad nutricional e inmunológica del recién nacido receptor.

No producir la suficiente leche o padecer alguna enfermedad son algunas de las razones que impiden a las madres biológicas dar de mamar a sus hijos. Para los recién nacidos, recibir sustento de otras madres es algo fundamental en su desarrollo y para las donantes una gran satisfacción ayudarles. Sin embargo, la práctica es desconocida por la mayoría de las mujeres, que suelen conocerla en el hospital y, en ocasiones, cuando ellas mismas la necesitan. Es el caso de Sónia, que precisó de la donación para alimentar a su hija pero, una vez recuperada y cuando ya empezó a producir leche decidió devolver el favor. El mayor problema de esta actividad es que la donación suele durar de tres a seis meses, es decir, durante el periodo de lactancia de sus hijos.

Con la celebración por primera vez en España del Día Mundial de Donación de Leche Humana, el 19 de mayo, se ha producido además el Primer Encuentro de Hermanos de Leche en Cataluña (España) entre donantes y receptores. Una conmemoración que, además de su carácter emocional, trata de concienciar a aquellas personas que, o bien desconocen la práctica, o no la consideran. “Todas cuando empezamos a trabajar comenzamos también a guardar leche para nuestros hijos. Si en vez de una vez lo puedes hacer dos, una guardas y la otra la donas», explica Sónia que además lo define como “gratificante”. Un pequeño esfuerzo que supone ayudar en el crecimiento de una nueva vida.

Noemi Portela Prol

Periodista

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