Queridos lectores, quiero compartir esta serie de cuentos, desde mi humilde percepción del mundo y espero lleguen al interior de vuestros corazones.

Mi experiencia en el Taller de Escritura Creativa de Solidarios para el Desarrollo fue verdaderamente enriquecedora y significativa para mí. Participar en este taller me brindó varias oportunidades valiosas:

Me permitió mejorar mis habilidades de escritura y explorar diferentes estilos y técnicas literarias. A través de las actividades y ejercicios propuestos en el taller, pude expandir mi creatividad y perfeccionar mi capacidad para expresar ideas y emociones a través de las palabras. Conocer y compartir con otros escritores fue una experiencia inspiradora. Me enseñó la importancia de la narración y cómo nuestras palabras pueden tener un impacto en la sociedad. Muchas Gracias Mariángeles, y gracias a todo el voluntariado que hace posible que realmente las celdas sean mágicas.

Mi fascinación por la lectura de cuentos me ha llevado a escribir La celda mágica, título que he escogido porque pienso que es el más oportuno en la creación de estas fascinantes historias, escritas desde que comenzó la pandemia, que nos encerró y, de alguna manera, ha activado a ese niño que todos llevamos dentro, para así intentar escapar del encierro y dejar volar la imaginación.

Estando en La celda mágica pude observar, y darme cuenta, que las mayores verdades del mundo o del universo no están allí fuera, sino en nuestro interior, en lo más profundo de nuestro corazón, y, hasta que no comprendamos lo que hay dentro de nosotros mismos, no podremos entender lo que realmente está pasando ahí fuera.

Wilmer Ibarra