Cuatro “parejas” del programa Convive acudieron al acto que el Ayuntamiento de Madrid celebró con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores. Dos de ellas compartieron con el público que les ha ofrecido la posibilidad de vivir juntos gracias a la experiencia intergeneracional de vivir juntos con Convive.

Durante el acto, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, hizo un llamamiento que iba en la línea con el lema del acto de este año: “por un buen trato a las personas mayores”. Recordó que un 20% de la población madrileña tiene más de 65 años.

Habló de la necesidad de ofrecer espacios y servicios amables para personas de distintas generaciones con sus vecinos, un proyecto internacional al que Madrid se adhirió en 2014 y ha dado pie al Plan de Acción Madrid Ciudad Amigable con las Personas Mayores. Este plan contempla mejoras en el cuidado de las personas mayores en una ciudad más humana y más acogedora para todas las edades.

“Lo que las personas mayores hicieron, aprendieron, crearon, y continúan aportando día a día, es hoy parte fundamental de cuanto somos actualmente”, dijo Marta Higueras, delegada de Equidad, Derechos Sociales y Empleo del Ayuntamiento de Madrid.

El Ayuntamiento desarrolla dos líneas de trabajo: las que se basan en la prevención y que van destinadas al envejecimiento activo y saludable, y las orientadas a la atención de personas que pierden autonomía con el paso de los años, y que se vuelven dependientes.

SOLIDARIOS y el Ayuntamiento de Madrid firmaron un convenio en 2014 que contempla, entre otras cosas, que los Servicios Sociales faciliten la incorporación de personas mayores al programa. Por otro lado, el convenio que firmó SOLIDARIOS con siete universidades madrileñas facilita que la comunidad universitaria conozca esta posibilidad de convivencia intergeneracional. Además de estos apoyos públicos, los programas de mayores de SOLIDARIOS cuentan con el apoyo del Banco Santander, entre otros financiadores privados.

Convive: por un envejecimiento activo

El programa junta a personas mayores con cierto grado de autonomía y deseos de compartir y universitarios que se incorporan al domicilio en una vida mientras comparte las tareas y los gastos en el domicilio. Se construye así una relación de confianza, de aprendizajes compartidos y de apoyo mutuo; la convivencia solventa problemas de soledad en los más mayores y de alojamiento en los más jóvenes, al tiempo que se construye una sociedad más sensible y más integradora.

Las personas mayores mejoran su estado de ánimo, lo que va en beneficio de su salud y reduce los gastos en médicos. Permanecer más tiempo en su vivienda no sólo mitiga el dolor que supone la separación de lo físico que vincula a estas personas a su mundo emocional. Evita además le necesidad de habilitar residencias y favorece la reducción del gasto del Estado en otros recursos sociales para atención a una población que envejece a pasos agigantados.