«Quería daros las gracias por la labor que hacéis, me parece sorprendente y me impresionó muy positivamente la reunión«. Carmen Fernández, estuvo presente en nuestras Conversaciones en el jardín sobre la salud mental en la Universidad de Murcia. Ha escrito esta crónica que compartimos en este espacio que está abierto a todas las personas que hacen de Solidarios la organización que es. Gracias a ti, Carmen. 

Rodeados de árboles y naturaleza se crea el espacio idóneo para dar comienzo a la charla sobre salud mental organizada por el grupo de voluntariado Solidarios, un grupo de personas de todas las edades que trabajan con quienes sufren exclusión social, discriminación o soledad en su vida. Trabajan en cuatro ciudades actualmente, Sevilla, Madrid, Granada y Murcia.

La charla comienza con Ángeles, organizadora del acto dando gracias a todos por venir y a la Universidad de Murcia por prestarle el espacio para el acto. Presenta a las tres personas que encabezarán la charla, Kiara, Pedro Antonio y Verónica, voluntarios de Solidarios que guían la conversación y nos cuentan su testimonio de por qué hacen el voluntariado y sobre todo qué motivo los llevó a hacerlo.

Comienza hablando Verónica, una mujer de origen chileno, habladora y cercana. Se presenta ante todos haciendo hincapié en que desea que en cualquier momento las personas del público los interrumpan, pues quiere que sea más una charla entre todos que simplemente un monólogo.

Lleva unos tres años trabajando en el programa de salud mental y explica con pasión que hacen reuniones los jueves por la mañana, donde los participantes quedan para desayunar y compartir tiempo entre todos. Verónica da paso a Pedro Antonio, un hombre que desprende en todo momento simpatía y amabilidad, nos cuenta lo importante que ha sido para él descubrir este voluntariado convirtiéndose en una forma de vida. Para él ha sido un gran cambio.  Cuenta que ha vencido la soledad, un monstruo que acechaba en su vida y que pensaba que no iba a poder derrotar nunca. Las palabras de Pedro Antonio hacen eco en todo el jardín y emocionan al público, asimismo, algunos participantes del voluntariado oyentes de la charla se animan a compartir su experiencia y de cómo gracias a las reuniones que hacen periódicamente les hacen ver la vida de una manera más positiva.

A continuación, la siguiente en hablar es Kiara, una joven voluntaria europea que conoció el voluntariado al venir a España por un año y nos cuenta como le ha marcado a nivel personal además de la gran enseñanza que ofrece.

La conversación toma rumbo sobre cómo internet ha influido en la salud mental. Internet está al alcance todo el mundo y es a día de hoy nuestra fuente de información primaria. No obstante, muchas veces nos lleva a una información errónea sin ser conscientes. Vero nos cuenta que en el caso de las enfermedades mentales internet puede jugar muy malas pasadas y es que, aunque hay patrones que son iguales en todas las personas con la misma enfermedad mental, finalmente cada individuo es diferente y hay miles de variables que no coinciden en la misma persona, aunque tengan la misma enfermedad.

Vero, nos ofrece sin tapujo alguno su experiencia con internet. Cuenta que cuando nació su hijo el cual tiene síndrome de Down, su marido, al que describe como un hombre maravilloso, le facilitó una enorme cantidad de información origen de internet para que aprendieran más sobre la enfermedad. A pesar de esto, Vero tras leer cuatro páginas, desechó la información porque las fuentes ni eran fiables ni daban información contundente y veraz. “Hay que saber buscar”, son sus palabras finales sobre el tema.

Para finalizar, antes de que se ponga más el sol, hablan sobre la normalización durante los últimos meses de la salud mental y de las ventajas que esto trae consigo. Gracias a esto, muchas personas con prejuicios o miedo a la exclusión deciden visitar a un profesional, ya que como dice Ángeles “la salud no es sólo física”. Y, además de esto, participar en un grupo de voluntariado como este ayuda y puede mejorar la calidad mental de las personas.

Las personas de este voluntariado están de acuerdo de que es una manera de ofrecer y recibir amor al mismo tiempo, han aprendido a dar sin querer recibir nada a cambio, algo que hoy día parece que se están perdiendo.