20 fotografías realizadas en el taller de fotografía comunitaria del programa de personas sin hogar de Solidarios en Murcia se exponen en Libros Traperos hasta final de enero.

La inauguración tuvo lugar el 10 de enero y reunió a los autores de las fotos: voluntarios, personas sin hogar y vecinos que participaron en el taller de fotografía, buscando en la ciudad de Murcia los espacios para la inclusión.

“Mientras la calle sea la casa de una sola persona, toda la humanidad vivirá a la intemperie” es una de las reflexiones de la poeta Vega Cerezo que participó en la presentación de esta exposición junto a Noelia Sabater, que explicó cómo se desarrolló el taller siendo ella la fotógrafa que coordinó a los participantes.

         

Agustín, Guillermo, Antonio, MariCruz, Jesús, Lidia, Pato, Orby y Amélie son los autores de estas imágenes que nos devuelven la calle desde sus ojos de voluntarios, personas sin hogar y amantes de la fotografía que han participado en el taller comunitario. Todas ellas nos demuestran que no importa qué tan buena sea la cámara (están hechas con cámaras compactas que se donaron a Solidarios hace unos años) sino qué buscan los ojos que miran tras ella.

También estuvo presente en la inauguración Paqui Pérez, concejala de Mayores, Vivienda y Servicios Sociales del Ayto. de Murcia que agradeció a Solidarios la labor de acompañamiento que realiza a las personas sin hogar.

Gracias a la colaboración de Traperos de Emaús, Región de Murcia y Ayto. de Murcia hemos podido realizar este taller que culmina en esta exposición fotográfica que se puede ver hasta el 29 de enero en Libros Traperos. (Ronda de Garay 39B, Murcia).

          

Es hermoso que suenen los disparos de las fotografías, los únicos con magia, capaces de besar con su luz un instante y guardar en el retrato toda la eternidad. La alquimia es una maga que recorre las calles más hostiles, los sitios más recónditos y que besa a deshoras a los desconocidos disparando el abrazo con su noble objetivo, porque no supo mirar para otro lado. Detrás están las almas de los protagonistas, impresas para siempre en papel mate.

Katy Parra

 

Las fotos son escritos en primera persona que, cuando olvidamos quiénes somos, lo que vendemos al mundo o si tenemos a alguien que vela por nosotros, recuerdan la manera preferida que teníamos, que tenemos de calentarnos. De habitar los desiertos y alimentarnos por dentro.

En el diario de miradas da igual si la instantánea la has hecho tú o si es de alguien que ni siquiera conoces. De cerca o de lejos la foto te implica y revela el verdadero color de tu noche. Desde ahí se aprecian horas, destellos, nirvanas, lunas, risas, nudos, verdades, voces. A través de unas zapatillas de paño en blanco y negro ubicaste a la tristeza o desde un escaparate viste la realidad desenfocada en otras verdades y puntos de vista. Aquel momento de tu vida en el que fuiste bandada de estorninos. Otro en el que, mediante un perro, buscabas el calor de unas manos.

Diría que hurgando entre mis fotos descubro un calendario lunar que me cuenta los días que fui tallo y hoja, otros siendo raíz comestible y, en mi contra, los que decidí ser semilla de mala hierba.

Pedro Casamayor

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